lo que es difícil de escuchar,
pero a veces no se puede callar
lo que pugna por salir.
Enemigos que vendrán,
amigos hasta el fin,
lo dicho ha ido a herir
con palabras de verdad.
No se puede sonreir
ni tampoco disfrutar
con un secreto sin igual
que se muere por vivir.
Y aunque esté no es existir
si no cruza la ciudad
expandiendo sin maldad
la esencia de su sentir.
Y crea odios y amistad,
y heridas en su exhibir
a quien escucha el latir
de su propia realidad.
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