lunes, 11 de junio de 2012

A QUIEN ESCRIBO


Yo escribo al alma,
no al intelecto,
a esa parte escondida
que todos llevamos dentro.

Escribo a la mirada,
a la raíz del sentimiento,
a la fe dormida
a la que voy y despierto.

A esa parte de la vida
que oculta mantenemos
para que no salga herida
si al viento la exponemos.

Escribo a ese soplo
que se cobija en el miedo,
a ese que es estorbo
cuando contradice al pensamiento.

Escribo a ese niño
que se refugia en nuestro aliento,
a ese puro chiquillo
que hace posibles los sueños.

SE FUÉ EL AMOR


El cofre del tesoro saqueado,
migajas quedando al descubierto,
el amor de un matrimonio roto
esparcido como margaritas a los cerdos.

El respeto se quedó solo,
sólo queda orgullo y resentimiento,
destrozados los dos como lobos
luchando por el mismo hueso.

Convivencia que causó destrozos,
remaron los dos contra el viento,
cada uno salvó su trozo
rompiendo el amor eterno.

Ya sólo quedan sollozos,
rescoldos de ceniza y tiempo
que desaparecerán en la nada
como si nunca hubiera sido un incendio.

Y la magia que un día lo fue todo
se esfumó como humo en silencio,
se enterró como arena en el lodo
bajo un manto de desencanto y sufrimiento.