viernes, 27 de mayo de 2011

DEBO

Porque debo querer
si no quiero,
si no creo
debo creer,
porque va en contra el pensamiento
a lo que debe ser.

Porque desconozco lo que tengo
y lo que tengo me hace temblar,
risas de loco y loco palpitar
cuando asoma en mi sentimiento
ese traidor que al despertar
se apodera de mi lamento.

Y si se que acaba por llegar
que sin pudor muestra su rostro,
que contemplarlo me vuelve loco,
que es lo que puedo esperar
que transcurra de otro modo
y no se deje mostrar.

Porque debo poseer
y no tengo,
y lo que poseo
no quiero tener,
sólo él y mi pensamiento,
sólo yo y sólo él.

QUIEN SOY

Y si algún día se va lo que en mi habita
y me deja solo y vacío,
y si no me reconozco y despierto estoy dormido
cómo comenzaré a vivir una nueva vida.

Y si creyendo que me conozco no lo sé,
y si sabiendo se escapa,
si cruza altas montañas
y ya no sabe volver.

Y si todo es un sueño,
una terrible pesadilla
que me tiene en vigilia
atado a su sutil tormento.

Despierta ya, adorador del cielo,
destierra de ti esa tortura,
surca del firmamento alturas
para volar más allá del sueño.

Yo ya se quien soy
aunque a veces me sorprendo,
que soy un hombre sediento
de conocer a dónde voy.

RECORDAR LO OLVIDADO

Se me olvidó evocar al recuerdo,
recordar lo olvidado,
mencionar que en este cuento
influye mucho el pasado.

Que somos un proyecto
resultado de lo andado,
que estamos prisioneros
de tiempos lejanos.

Pasado traicionero
o quizás acertado
que nos hace parecernos
a lo que hemos odiado.

Por poner remedio
a errores de antaño
el presente entero
tenemos embargado.

Y recuerdo que olvidé
haberlo recordado,
que hoy como ayer
seguimos olvidando.

martes, 24 de mayo de 2011

ARDIENTE LLAMA

Llamas incandescentes caen del cielo,
arrasan toda mi alma,
me queman por fuera y por dentro,
me incendian, me abrasan.

Lluvia que cual tormento
me fustiga con su lanza
hiriendo mi sentimiento
y levantando en mi llagas.

Y con la sal de un mar sediento
riega su ardiente daga
infringiendo más sufrimiento
sobre mi alma magullada.

No hay quien aplaque el viento
que extiende la hiriente capa,
que mitigue por un momento
el dolor que en mi propaga.

Castigo del infierno
que ni la nieve aplaca,
intuición de lo eterno
que cuando muera aguarda.

jueves, 5 de mayo de 2011

LO QUE TU ERES PARA MI

Eres la magia con nombre propio,
la clarividencia del misterio,
eres el material deseo
del pensamiento de un loco.

Eres el éxtasis de la imaginación,
eres mujer realidad sin freno,
eres el fruto que comer no debo,
eres la fuente de mi inspiración.

Eres expectación,
eres sutil veneno,
eres calor de invierno
que penetra en mi interior.

Eres mi excitación
siempre que te contemplo,
eres transparente velo
que atrapa mi emoción.

Nena tu eres mi amor,
mi único sustento,
mi cielo y mi infierno,
mi risa y mi dolor.

UN INSTANTE EN LA NADA

Un instante apenas
suspendido en la nada,
sueltas las cadenas
que aprisionan el alma.

No existen las promesas
ni quien pueda impugnarlas,
vacías las penas
y vacías las palabras.

No hay luces ni tinieblas,
hay solamente nada,
instante sin tormentas,
sin sol, sin habla.

Sin retener el tiempo
cuando el tiempo se estanca,
sin sentir el miedo,
sin tener esperanza.

Fue apenas un momento,
una percepción lejana
que vino a mi encuentro
cuando menos la buscaba.

SER YO MISMO

Por que me censuras mi amor
si no quieres que te mienta,
me pones tu vestimenta
y me exiges mantener el honor.

No me guardes pues rencor
si cumplo para ti la promesa
de ser yo mismo en mi esencia
aunque no te guste su sabor.

Que no existe halago mayor
que no cubrirse con apariencias
siendo así lo que aprecian
tus ojos con estupor.

No soy mago ni señor,
ni diablo ni excelencia,
soy quien por ti se muestra
en todo su esplendor.

Si te gusta, vive Dios,
y si no abre la puerta
que saldré aunque no quiera
por no causarte dolor.

TESÓN

Tras una puerta cerrada
un misterio se desvela,
estoy dispuesto a atravesarla
para encontrar una respuesta.

Lucha frustrada
que me solivienta,
más cruda la batalla
por derribar la puerta.

La camisa de sudor mojada,
mis heridas más abiertas,
merece la pena cruzarla
o quizás no la merezca.

Dudas mi alma cansada
buscando otra manera
de abrir esa morada
para descubrir su perla.

Y con el último aliento
se derriban las fronteras
dejando al descubierto
la ansiada recompensa.