con un oscuro velo de noche,
apagó el farol
y de las tinieblas hizo derroche.
Alguien sin compasión
asesinó la alegría,
dejó al corazón
palpitando en agonía.
Alguien fue portador
de la muerte en sus manos,
enmudeció la voz
de ese ser amado.
Alguien mató al trovador
que iluminaba la vida,
ese alguien traidor
repleto de envidia.
Y dejó el mundo sin brillo,
la vida en pesadilla,
sin metas ni testigos,
sin deseos ni alegría.
Ya no hay razones
ni motivos ni esperanza,
alma hecha jirones
en un cuerpo hasta que parta.