Ya no puedo hablarte,
estoy vacío por dentro,
ya no puedo escucharte,
se me agotó el entendimiento.
Ya no puedo contemplarte,
la luz cegó mis ojos,
ya no puedo amarte,
el rencor envenenó mi todo.
Ya va siendo tarde
para encender una vela
que ilumine la cárcel
donde mi alma se metiera.
Ya no me queda nada,
nada para darte,
estoy totalmente vacío,
vacío en todas partes.
Abrí mi cofre
y entregué a manos llenas,
con tanto derroche
dejé mis arcas desiertas.
Y aunque estoy aquí,
ya no tengo nada,
y aunque entres en mi
encontrarás vacía mi alma.
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