Quien así dijera
con el devenir de los tiempos,
quien del mundo hizo un poema
y del vivir un sueño.
Quien pintó de oscuro
el inmenso azul del cielo
y creó su propio mundo
para poder vivir dentro.
Quien plasmó colinas yermas
verdes en su limpio lienzo
y roció con agua bendita
las profundidades del infierno.
Ese a quien nadie mira
por ser vulgar sujeto,
que se encuentra en cualquier esquina
caminando entre el pueblo.
Ese que guarda oculto
lo mejor de su talento
para pintar lo impuro
con pinceladas de limpio cielo.
Ese que es un ángel
encerrado en un cuerpo
aguardando en su cárcel
dejar por fin de ser preso.
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