Corriendo descalzo por la playa,
sin zapatos que opriman mi libertad,
con el viento azotándome la cara
cansado mi cuerpo en inmensa soledad.
Se van mis penas con la brisa,
mis preocupaciones en sudor se van,
en mis labios se dibuja una sonrisa
y en mi espíritu tranquilidad.
Corriendo al aire libre
salpicado por las olas del mar
es como mi alma sobrevive
a la tarea de vivir y luchar.
Bendito aliento jadeante
que me permite respirar
ese aire nuevo y penetrante
que llena mi vida de paz.
Bendita playa desierta
que en invierno me espera atrapar
entre su brisa y su arena
corriendo par poderme consolar.
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