Soy libre en mi sentimiento y pensamiento,
esclavo soy de mis palabras,
tengo un mundo inmenso dentro
y hacia fuera una pequeña ventana.
Nadie sospecha lo que llevo
encerrado en mi alma,
en un mundo traicionero
hay que guardarse las espaldas.
Y de que me sirve lo que poseo
si solamente en mi descansa,
si lo tengo en sueños prisionero
bajo cien candados por si se escapa.
Rico el mundo del que vengo,
pobre el que me aguarda,
esperando como Lázaro en el lecho
un levántate y anda.
Yo no tengo la llave del cielo,
esa magia idolatrada
en la que todos los pensamientos
sean expuestos a las miradas.
precioso poema.no consientas que se vayan las musas,un saludo.gorrion
ResponderEliminargracias por tus palabras.
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