Llegó como un sobresalto,
repentinamente,
con un fuerte latigazo
arrancó mi presente.
De un modo inesperado
invadió mi mente,
el presente y el pasado
quedaron en mi ausentes.
Y llenó de un fogonazo
el hueco existente
entre mi fracaso
y el deseo ardiente.
Llegó sin haberlo llamado
huracán rugiente,
y en tremendo arrebato
derribó mis paredes.
Ese viento extraño
que golpeó mis sienes
me dejó embrujado
cambiando mi suerte.
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