Me siento como ceniza,
sucio y rastrero,
soy lo que queda de una pira
ardiendo en mi propio fuego.
Todo lo bello
que cayó en mis manos
se marchitó
bajo mi mandato.
Destrocé
ante mi capricho
lo que encontré
a lo largo de mi camino.
No tuve presente
ninguna esencia
por estar ausente
a lo que me rodea.
Sólo yo
con mi deseo,
soy yo
ese animal perverso.
Merezco estar solo
aunque no quiera,
merezco perderlo todo
por mi mala conciencia.
Si pedir perdón
es posible
quisiera enmendar mi corazón
para purgar lo indecible.
Ruego tu comprensión,
yo sigo ardiendo,
por tu perdón
bajaría hasta el infierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario