Tocaste con tus labios mis labios
para cerrar un caudaloso torrente,
pero emanaba por mis manos
plasmado en tinta indeleble.
No tengo el pensamiento enjaulado,
y aunque sin voz estuviese
dejaría todo mi legado
escrito en miles de papeles.
Tu boca, dulce niña,
miel suave de placeres
con la fuerza de una diva
rompe de mis labios las paredes.
Y lejos de callar mi dicha
o todos mis padeceres,
da impulso y nueva vida
a mis sentimientos más fuertes.
Soy pensamiento niña,
soy sentimiento que debe
salir flotando a la deriva
porque encerrado se muere.
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