Restos de rencor
esparcidos por mi mesa,
como del pan migas
que su rastro dejan.
Ese doloroso desamor
dejó en mi su huella
cerrando sin compasión
de mi corazón la puerta.
Y no entra ya el amor
aunque frente a mi lo tenga,
fue tanto el dolor
que mi alma se lamenta.
Fuera queda el calor,
dentro el frío impera,
entra ya por favor
derribando mi frontera.
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