una llamarada ardiente,
un huracán tempestuoso
que arrasa todo lo viviente.
Es un caldero hirviendo
encerrado en hielo polar
que va derritiendo
las paredes que le osan tocar.
Es el mejor remedio
para la tristeza y la frialdad,
la apatía va desapareciendo
si penetras en su caudal.
Pone esperanza al futuro,
infunde ganas de luchar,
te viste si estás desnudo
y te da voz para gritar.
Ella es la razón suprema,
la que te logra despertar,
la que merece la pena
a su lado caminar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario