con las manos atadas,
que camine al lado tuyo
con las piernas ancladas.
Quieres que rompa el silencio
con la boca tapada,
que inunde los desiertos
de cien mil palabras.
Dices que yo no tengo
lo que imaginabas,
que no poseo
lo que esperabas.
Suelta pues la soga
que a ti me ata,
para lograr la gloria
que tanto te atrapa.
Que todos mis intentos
lleguen a la meta,
que todos tus anhelos
quizás así los tengas.
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