sin saber hacia donde se proyecta
el pensamiento del que la escribe
y el pensamiento de quien la lea.
Querida me dejo llevar
por carreteras inciertas
sin conocer a donde van
ni si son en realidad carreteras.
Y cuando llegue a ese lugar
y cruce esa frontera,
querida donde estarás
al comienzo o al final de ella.
Camino irregular
salpicado de finas piedras
que cansado me hará llegar
por fin a la ansiada meta.
Querida te escribo esta carta
comenzada ya mi carrera
sin saber cuando acaba
ni el trayecto que me queda.
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