Abruptos acantilados,
verdes bajo cielos plomizos,
azotados a latigazos
por el ímpetu de un mar bravío.
Coraje de mi tierra,
de sus hombres y su espíritu,
llena de belleza
a quien descansa su vista in situ.
Verde Euskadi mía,
como esmeralda preciosa en bruto,
azotada por vientos de gloria
bajo su clima duro.
Palpita mi corazón al recordarte
cuando lejos estoy de tu mundo,
porque inmortalizo tu imagen adorable
dentro de un euskaldún tuyo.
Bella Euskadi de mi alma,
Verde, salada y serena,
Rodeada de altas montañas
resguardando del mundo su enseña.
Llenas de gozo mi vida,
estalla en mi tu grandeza,
Euskadi valiente y divina
con un corazón de nobleza.
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