Nunca verá la luz
oculto entre estas hojas
que el agua de lluvia moja
haciendo desaparecer su inquietud.
Todo un despliegue de pulcritud,
sentimientos que al mar arroja,
sin nadie que los recoja
y les de cobijo y plenitud.
Pensamientos de juventud,
madurez transformando sus notas
celestial melodía que forma
una música de puro azul.
Y en la oscuridad no estás tu,
sólo el con su alma rota,
sólo el que se desdobla
sin nadie con quien compartir su cruz.
Mira al cielo, miras tu,
quien contempla la derrota,
quien gana en esta hora,
eres dueño de tu esclavitud.
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