Ni un atisbo de esperanza
en la oscuridad perpetua
de alguien que no avanza
por no poseer meta.
Ni un rayo de sol
ni de luna siquiera
que ilumine el corazón
que su cuerpo alberga.
Alguien que no tiene fe
ni ninguna creencia
que le permitan ver
lo que sus ojos no vieran.
Que no daría el
por tener esa estrella
que encendiera su alma
y su vida entera.
Y allá por donde mira,
donde sus ojos cayeran
no encuentra ninguna pista
que le conduzca a la luz eterna.
Ya ni siquiera llora
no merece la pena,
nada le importa
ni siquiera la luz aquella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario