miércoles, 10 de diciembre de 2014

AMARGO ENCANTO


Tenía sobre si una sombra
que no lograba ocultar,
el tiempo en una balanza
siempre inclinada al mal.

Tenía en sus manos limpias
las arrugas del poder,
una mirada mezquina
que delataba su ser.

Verdugo de guante negro
preservando blanca piel,
provocador de sangrientos regueros
amargos como la hiel.

El lenguaje depurado
con el que solía aparecer
provocaba hondo rechazo
por su impropio proceder.

Y aunque de ángel vista el diablo
no deja de diablo ser
y su apariencia de dulce encanto
sólo hace estremecer.

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