se convirtió en potente huracán,
amor que con su suave llovizna
le arrastró en un salvaje caudal.
Comenzó observando como quien no mira,
le atrapó poco a poco en su espiral,
con una leve caricia
desató una tremenda tempestad.
Amor que sus ojos puso
en quien no debieran estar,
magnetismo puro y duro
del que no se supo escapar.
Y abocado al sabor amargo
del que nada recibe al dar,
sin poder aunque quiera evitarlo
entregarle su alma y su paz.
Recuerda como un esclavo
un momento lejano de libertad
hasta que fue atrapado
y ya nunca se pudo soltar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario