No tiene palabras
la magnitud de un sentimiento,
el alma no tiene más trabas
que habitar en un cuerpo.
Cuando todo se hace tangible
la magia de lo eterno,
ese indestructible,
se vuelve de pronto traicionero.
Dueño de lo que piensas,
esclavo de lo que dices,
Señor de lo que sientas
en tus profundas raíces.
No se puede explicar el ser,
el pensamiento con lo visto,
fundidos en un panel
con un profundo sentido.
Y si intento escribir en versos
lo que siento, lo que soy, yo mismo,
traiciono como Judas con besos
al redentor que vive conmigo.
KAIN
(Reservados derechos de autor)
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