aunque no lo quieras escuchar,
en el que dejo mi relevo
y me voy de este lugar.
Se van acercando las estrellas
que ya casi puedo tocar,
volar con mi espíritu hacia ellas
y bañarme en su claridad.
Se va acabando mi condena,
por fin pagué mi libertad,
se van resquebrajando las cadenas
que aprisionan mi ansiedad.
Y te digo adiós nena,
nos volveremos a encontrar
allá donde la Tierra
sea sólo un recordar.
No llores mi princesa,
llénate de felicidad
porque mi alma entera
te llevará allá a donde va.
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