arrastrando su existencia
en un palacio venerado
con sutil magnificencia.
Viste con esmerada opulencia
pero su alma va arrastrando,
es el peor símbolo de la decadencia
simulando a un ángel alado.
Admiras a un ser vacío,
a un bello rostro sin alma,
a la apariencia de un divo,
a la más baja calaña.
Te envuelve en halagos y seda
como víctima de araña
y te arrastra a su caverna
para luego ser devorada.
Miserable mimetismo
que te atrapa y de engaña,
que te hace en un suspiro
llorar con lágrimas amargas.
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