entre las paredes de mis poemas,
un sentimiento que no calla
y un pensamiento que la encarcela.
La tengo disuelta en lágrimas,
disfrazada en risa eterna,
cubierta de esperanza
y de amor siempre llena.
Tengo mi vida soñada
entre la realidad inmersa,
locura que se afana
por alcanzar la meta.
A veces está truncada,
otras muy alto vuela,
la vida que me acompaña
hasta que no pueda tenerla.
La tengo en mi guardada
aunque a veces no la quiera,
esa que me arrasa
y a veces me eleva.
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