en la memoria de tu pensamiento,
no soy ni un suspiro emitido
por tus labios cuando estás durmiendo.
No tienes para mi ni un sitio
en todo tu sentimiento,
no te importa ni si existo
ni si existiendo ya estoy muerto.
Y tu no sabes que te admiro,
que deseo recoger tu aliento,
que me tienes de ti cautivo
y que no te importa ni eso.
Idolatro tu sonrisa
herido por tu desprecio,
y sólo percibo la brisa
que levantas en mi pecho.
No me odias, no me estimas,
no me amas aunque quiero,
soy como faro en la lejanía
fundido por no tener farero.
No soy huracán, soy poeta
enamorado de tu talento,
soy como en propia tierra un profeta
vilipendiado, ignorado y preso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario