lunes, 6 de mayo de 2013

CHOCOLATE


Con los ojos cerrados
inhalé su suave aroma,
un poco especiado
de una promesa dulce rota.

Su tacto templado,
frágil como sedosa rosa,
y su color imaginado
oscuro como una noche golfa.

Al besarlo mis labios
su tibieza asombra,
introducido despacio
se funde en mi boca.

Ese sabor amargo
con toques de dulce nota
se apodera del espacio
que mi lengua atesora.

Y una lágrima de placer
se escapa de mi llanto,
chocolate con el poder
de elevar mis encantos.

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