cabalgando sobre unas olas dormidas,
por un recipiente envuelto
aquel mensaje de despedida.
Y una vez por el mar devuelto
a la tierra del que precedía
un paseante ajeno
encontró entre sus líneas poesía.
Adiós decía sereno,
hasta pronto amada mía,
te mando todo mi afecto
y espero reencontrarte un día.
Te envío este mensaje
a través del mar y de la brisa,
este que fue tu amante
y te amará toda su vida.
Porque tu estás cada instante
en el mar, la tierra y la sonrisa,
amada no he de olvidarte
porque no se olvida lo que en uno habita.
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