jueves, 22 de mayo de 2014

SIN CONVICCIÓN


Fue su convicción
tan frágil como un suspiro,
la mezquina tentación
consiguió hacerlo cautivo.

Su tremenda atracción,
su fascinante sonido,
convirtió en ladrón
a quien nunca lo había sido.

Quien robó el perdón
a un hombre herido,
y puso toda su pasión
en probar a su amigo.

Y aunque dijo no,
el diablo así lo quiso,
no invocó al Señor
y si a sus ángeles caídos.

Hombre sin amor,
su ambición sin sentido
lo atrapó en el dolor
y nunca fue querido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario