y apenas sus rasgos,
el tiempo dejó
en el la huella de su paso.
Revolucionó mi yo
el recuerdo del muchacho,
aquél que me impactó
y al que veo hoy tirado.
Ardiente cascabel
al que los años callaron,
que le pudo suceder
cuando así lo he encontrado.
Y al llegar a casa
me situé frente al espejo,
no como cada mañana
sino desde el recuerdo.
Y pude ver a un hombre
de rostro sereno
contemplando conforme
como ha pasado el tiempo.
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