jueves, 11 de agosto de 2016

EL ARMARIO




Ayer por fin abrí el armario
y encontré colgada tu ropa,
mis ojos acariciaron tu sombra
dejando en mi pecho un dolor amargo.

No puedo tocar tus cosas
reflejo de tu tacto
recuerdo de un antaño
que inunda de llanto mis horas.

Querida, amada diosa
vivo sin vivir extraño
por no tenerte a mi lado
brillante adorada esposa.

Y cerré de golpe la puerta
arrojando la llave al olvido
intentando buscar abrigo
de este invierno que mi piel penetra.

No es tiempo ni lugar
no hay un solo momento
que no cruce un lamento
el corazón de este juglar.
KAIN
(Reservados derechos de autor)

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