plegado a tu voz,
tu cuerpo me abrasa,
arrasa mi interior.
Todo en mi es guerra,
la paz se olvidó,
me provocas ceguera
con tu potente amor.
Y sin ver nada
me aferro con tesón
mi cuerpo en tu cuerpo
inundado de pasión.
Primero me elevas
como fénix volador
y luego me estrellas
impregnado en dolor.
Eres droga que penetra,
que me atrapa sin remisión,
que tendido en la arena
me abandona al sol.
Soy guerrero diestro en armas
sin escudo ni arpón
atado en tu cama
a merced de un ciclón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario