y allí me fui.
Después de una siesta
necesitaba frenesí.
Llegué un poco tarde,
como en mi es costumbre,
no lo hago adrede,
pero siempre hay algo que surge.
No te importó
porque ya me conoces,
pero tuviste que exculparme
ante los otros hombres.
Tu fiesta fue
una excursión a la aventura,
rodeada de risas,
envuelta en música.
Conocí a personas
que nunca había visto,
disfruté de sus cosas
como disfruta con un juguete un niño.
Tu fiesta llenó
todas mis expectativas,
es más, superó
todas mis ansias malditas.
Cuando organices otra
no te olvides de invitarme,
necesito una distracción
con la que aliviarme.
Te llevaré un regalo,
te daré un beso,
te agradeceré de nuevo
haber liberado a este preso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario